Ricardo Mardones

Ricardo Mardones: «Los y las productoras cada vez asumimos más riesgos, y eso es lo que peor llevamos»

Ricardo Mardones siempre ha llevado la agricultura en la sangre. Hijo de labrador, lleva más de una década vinculado a esta cooperativa, y tras haber estado 4 años como presidente de Propaco, recientemente ha asumido la presidencia de Udapa.  A pesar de conocer a la perfección todas las dificultades que actualmente está atravesando el sector, no pierde la esperanza en que algún día la patata recupere la importancia que tenía antaño en el territorio. Fiel creyente y defensor de este proyecto, Mardones seguirá imponiendo su sentimiento cooperativista para que en el futuro Udapa siga existiendo sin perder un ápice de su esencia.  

 

  • ¿Cuánto tiempo llevas siendo socio de Propaco? ¿Y cómo entraste en la cooperativa?

Antes de entrar en Udapa producíamos patatas para otra cooperativa que las comercializaba en el sector de la industria alimentaria, pero en casa siempre nos ha gustado hacer bien las cosas, y por eso, desde la cooperativa nos recomendaron colaborar con Udapa para así poder recibir un precio más ventajoso por nuestras cosechas.

Al mismo tiempo, coincidimos con Ignacio en un proyecto piloto sobre producción integrada que se estaba llevando a cabo desde la Diputación, y cuando él comenzó a trabajar en Udapa nos propuso empezar a colaborar. Y es así como iniciamos nuestra vinculación con esta cooperativa. Una vez de que mi padre se jubiló y yo me puse al frente de la explotación tuve que estar otras tres campañas más como colaborador, y ya en el 2015 entré como socio.

 

  • Como agricultor, ¿qué te aporta producir una patata que lleva el sello de Eusko Label y que certifica la calidad y el origen del producto?

El sello Eusko Label nos aporta cierta tranquilidad a los y las agricultoras, porque cultivamos un producto que tiene un valor añadido y que se comercializa en un mercado al que no todo productor puede acceder. A su vez, nos da estabilidad debido a que el precio que recibimos por nuestras cosechas no fluctúa tanto. Es cierto que a veces no obtenemos esos picos de beneficios como pueden conseguir otros, pero siempre tenemos un precio mínimo garantizado. Además, contamos con el apoyo de la cooperativa, que no solo es que tengamos voz y representación dentro de la misma, sino que también nos cuida y nos ayuda con diversos temas.

Aun así, creo que es indispensable creer en el sistema cooperativo, porque trabajar al nivel de exigencia que tenemos actualmente es muy duro. Como productores necesitamos tener ciertos certificados y debemos cumplir con una serie de condicionantes que nos manda la legislación, y esto contiene varias restricciones que nos limitan los mecanismos que tenemos a la hora de poder combatir una plaga o algo similar. Este es un freno que nos está marcando muchísimo, porque no tenemos las herramientas necesarias para responder a todos los problemas que se nos presentan, y todo esto hace que nuestro día a día cada vez se complique más.

 

  • ¿Crees que algún día la patata de Álava recuperará la importancia o prestigio que tenía antaño?

No sé si será posible, pero yo creo que deberíamos intentarlo. El sector tiene un futuro muy complicado, y más si hablamos de este cultivo en concreto, porque no todo el mundo está dispuesto a apostar por la patata debido a su complejidad, la inversión y peligros que conlleva. Mucha gente joven prefiere cultivar cereales, ya que no exige tanto riesgo económico, y la verdad es que es una pena que la provincia pierda su identidad patatera.

Ante esa posible recuperación, lo bueno es que, por un lado, partimos con la ventaja de que estamos ante un cultivo muy arraigado en nuestra tierra, y que el territorio cuenta con un montón de hectáreas que ya poseen sistemas de regadío; mientras que por el otro lado está Udapa, una empresa consolidada que se encargaría de comercializar el producto en el mercado. Así que lo único que tendrían que hacer desde las instituciones es elaborar un plan estratégico dando ayudas excepcionales para promover su producción entre las y los jóvenes.

 

  • ¿Crees que en los últimos años ha cambiado la forma de trabajar del sector agrícola?

Sí, por supuesto que ha cambiado. Yo llevo vinculado a la agricultura desde muy pequeño, y es cierto que si comparas la manera de producir que tenían mis padres con lo que yo intento hacer en la actualidad te das cuenta de que han variado muchas cosas. Ahora, por ejemplo, para poder seguir afrontando gastos o amortizando las inversiones tenemos que incrementar nuestra carga de trabajo para poder cultivar muchas hectáreas más.

Asimismo, cada vez somos más las personas que decidimos agruparnos en cooperativas como Udapa, las cuales se encargan de conservar, envasar y comercializar nuestras cosechas, y a pesar de que igual conseguimos menos beneficios que yendo por libre, al final eso nos da cierta seguridad que también valoramos mucho.

 

  • A tu parecer, ¿cuáles son los principales retos que el sector agrario va a tener que afrontar en medio-corto plazo?

El sector está viviendo una situación muy crítica, y a medio-corto plazo va a tener que afrontar varios retos importantes. Si el acceso a la tierra ya es algo complicado, en breve vamos a notar que la adquisición de nueva maquinaria va a resultar prácticamente imposible debido al incremento de su coste, especialmente porque el rendimiento que le sacamos nosotros a la tierra no sube al mismo ritmo.

Y el cambio climático tampoco nos está ayudando en nada. Estamos teniendo más problemas en nuestro día a día porque los cultivos sufren más enfermedades, los ciclos productivos se trastocan, las sequías, granizadas y los calores excesivos merman las cosechas,… cada vez nos resulta más difícil predecir los rendimientos que vamos a tener, y hasta que no cosechamos no sabemos lo que nos vamos a encontrar debajo de la tierra. Estamos viviendo años complicados y todas estas circunstancias que no podemos controlar nos minan la moral.

 

  • Aun así, ¿consideras que la agricultura es una profesión rentable?

Yo creo que la mayoría de las personas que vivimos del campo hacemos lo que nos gusta, pero cada vez asumimos más riesgos, y eso es lo que peor llevamos. En septiembre, antes de recoger las patatas miras atrás y sacas la cuenta de la carga de gastos que has generado a lo largo del año, y te das cuenta de que con todo lo que ha desembolsado una sola persona para sacar adelante la explotación, podrían vivir unas 4 o 5 familias perfectamente. Y eso te hace reflexionar sobre si ganamos lo suficiente para todo lo que arriesgamos, y te planteas si realmente merece la pena seguir con todo esto.

 

  • ¿Cómo ves todos los ensayos con nuevas variedades y proyectos de Agritech (tecnología aplicada al campo) que la cooperativa está desarrollando? ¿Crees que son útiles para ayudaros en vuestro día a día?

Veo bien los ensayos con nuevas variedades y/o tecnologías, creo que son necesarios para que el sector pueda avanzar. Precisamente este año he participado multiplicando semilla de la nueva variedad Edurne, y la experiencia ha sido muy buena. Parece que se empieza a hablar de ella como la posible sustituta a la variedad Monalisa, así que ahora necesitamos que también tenga una buena acogida por parte del conjunto de las y los consumidores.

Lo que está claro es que siempre hay que buscar algo nuevo para renovarnos o distinguirnos de la competencia, aunque en ocasiones resulte complicado. Es cierto que adaptarse al uso de las nuevas tecnologías siempre cuesta un poco, pero es lo que nos toca. Por suerte, siempre contamos con el apoyo de la plantilla de Udapa y eso nos facilita mucho las cosas.

 

  • ¿Cómo definirías la relación que tenéis los agricultores y agricultoras con la plantilla de Udapa?

En general la relación que mantenemos es buena, a pesar de que en ocasiones surge alguna discrepancia, sobre todo en la época de la campaña de recogida de la patata, ya que tanto la plantilla de Udapa, como los y las agricultoras trabajamos con más tensión y en esos momentos es más fácil que surja algún roce. Pero lo dicho,  la relación no es mala, a pesar de que siempre hay algo que se podría mejorar.

 

  • ¿Y qué imagen tiene Udapa dentro del sector agrario?

Dentro del sector Udapa tiene una imagen de cooperativa seria que requiere un nivel de exigencia muy alto para poder colaborar con ella. Y ese nivel de exigencia es precisamente el que marca qué patateros o patateras son las que están dentro o fuera de la cooperativa, porque hay mucha gente que no está dispuesta a cumplir con los requerimientos del producto y las obligaciones burocráticas actuales. Y como las personas que estamos dentro somos un grupo muy reducido, eso hace que muchos agricultores y agricultoras que están fuera no crean en el proyecto. Pero bueno, lo importante es que seamos las personas socias las que creamos en él.

 

  • Actualmente Propaco está compuesta por unos 20 socios y socias. ¿Crees que el hecho de tan pocos os beneficia?

Sí, en cierto modo sí, porque al ser pocos podemos convivir más, tenemos una relación más familiar y el trato también es más cercano. Aunque a veces esto puede dificultar la incorporación de  gente nueva a la cooperativa, sobre todo si anteriormente ha habido algún problema personal entre alguna persona socia y alguien que quiere entrar.

Otra de las cosas que considero positiva de ser pocos es que sabes que tarde o temprano te va a tocar ser miembro del Consejo Rector, y eso está bien porque te permite aprender cosas nuevas y conocer mejor cómo funciona el proyecto empresarial. Y a pesar de que te exige más implicación, al final lo tienes que ver como si fuera una parte más de tu trabajo.

Además, una de las cosas que Propaco ha aprendido gracias a formar parte de Udapa es a trabajar en grupo, a ir todos de la mano defendiendo los intereses del colectivo. Cada uno de nosotros y nosotras tiene una problemática diferente,  así que en las reuniones todo el mundo aporta algo y se le escucha con atención, y eso nos permite defender el pensamiento general del grupo dentro del Consejo Rector y en las asambleas.

 

  • Llevas 4 años participando en el Consejo Rector de la cooperativa. ¿Cómo valoras esa experiencia?

Aunque ya conocía el funcionamiento de otras cooperativas, la primera vez que participé en el Consejo Rector de Udapa me sorprendieron muchas cosas, y me dio la sensación de que solo se hablaba de números, cantidades, nuevos proyectos,… Pese al desconcierto inicial, luego ves que se explican los diferentes temas con total transparencia, y eso, además de aportarte una perspectiva más amplia de todo lo que abarca la cooperativa, también te transmite la sensación de que este es un negocio fiable.

 

  • Tras ser el presidente de Propaco durante una legislatura, acabas de coger el testigo de Sergio Lasarte en la presidencia de Udapa. ¿Cómo concibes que sea el cambio? ¿Qué esperas de esta nueva etapa?

Espero que la cooperativa siga bien, que entren nuevos socios y socias, y sobre todo deseo que la convivencia entre Propaco y Proagral continúe siendo tan buena como hasta ahora.

 

  • La fórmula que utiliza Udapa es un poco singular, pero ¿crees que es la adecuada para que todas las partes que la forman se sientan representadas?

Sí, yo creo que sí. Está claro que las que se encargan de gestionar el día a día de la cooperativa son las personas de Proagral, y las que le aportamos ese punto diferenciador con nuestro producto de km 0 somos los y las integrantes de Propaco. Y a pesar de que todas las  personas que formamos parte del proyecto creemos en él, al final resulta inevitable que cada uno luche por lo suyo, así que es ahí donde entra el papel mediador de la Laboral Kutxa, que nos hace ver a ambas partes cuál es la mejor solución para el conjunto de la cooperativa.

 

  • Cuando entraste en Udapa, ¿te imaginabas que la cooperativa fuera a crecer tanto?

No, para nada. Recuerdo perfectamente cuando en un Consejo Rector se planteó la idea de crear Paturpat. Se estimaba que durante los primeros años la empresa iba a estar en números rojos, pero la verdad es que empezó a dar beneficios mucho antes de lo esperado, así que eso es sinónimo de que se están haciendo bien las cosas, y eso te hace creer más en el proyecto.

 

  • ¿Cuáles crees que han sido los mayores retos que ya ha superado la cooperativa?

La convivencia social es uno de los principales retos que a mi parecer ha sabido gestionar muy bien la cooperativa, puesto que el tener esa armonía entre los tres agentes que la formamos es beneficioso para todas las partes.

Y por otro lado, está el hecho de haber crecido tanto adaptándose y respondiendo a las necesidades que demandan los clientes. Para ello necesitas que la gente se involucre en el proyecto y que tire de él, y creo que eso es algo que Udapa ha conseguido con creces.

 

  • Personalmente, ¿qué te ha aportado ser parte de Udapa? ¿Y tú, qué le has aportado a la cooperativa?

Como agricultor, pertenecer a Udapa te da esa tranquilidad de saber que tu producto se va a comercializar correctamente en el mercado, y te va a ahorrar muchas preocupaciones y ese trabajo de conservar y envasar la patata en casa.

Mientras que yo siempre he apostado por el proyecto y por defender los intereses del grupo. Desde que soy miembro del Consejo Rector procuro hablar con el resto de socios y socias para saber cuáles son sus verdaderas preocupaciones y así poder trasladárselas a la dirección. Y es que para formar parte de una cooperativa es imprescindible tener una actitud cooperativista. Si no la tienes siempre vas a anteponer lo tuyo ante el proyecto en general, y para mí esa postura no es la correcta. Es decir, que un socio o socia siempre se tiene que identificar con los problemas que hay en general, y no se debe obcecar en  defender su problema en particular, porque en el momento que solo defiendes lo tuyo, pierdes ese sentimiento cooperativista que es tan necesario.

 

  • ¿Y cómo ves el futuro de Udapa? ¿Cuáles crees que son los principales retos que va a tener que afrontar?

De cara al futuro creo que su principal reto será el de afrontar el día a día, el conseguir hacerles frente a esos problemas que se presentan de una forma cada vez más asidua, y el seguir navegando en un mercado que varía y fluctúa constantemente. Vamos a tener que definir cuál va a ser la estrategia a seguir diariamente, porque el hecho de llevar a cabo un plan estratégico a tres años vista va a resultar muy complicado.

Por otro lado, también me gustaría que Udapa siguiese siendo esta cooperativa de la que tanto presumimos y defendemos, que no se convierta en una mera comercializadora de patatas sin escrúpulos. En el futuro las personas que estén involucradas en el proyecto deberán seguir implicándose en él y cuidando de todo, porque esto no consiste solo en pasar por aquí y  llenarse los bolsillos, sino que entre todos y todas tenemos que conseguir que la cooperativa perdure en el tiempo.