Koldo Lopez de Robles

Koldo López de Robles: “Estamos dentro de un mercado cambiante, y esto nos obliga a permanecer siempre alerta”

Koldo López de Robles es uno de los históricos de Udapa. Proveniente de una familia agroganadera, llegó a la cooperativa a principios del año 1998 para hacerse cargo del  departamento de calidad. Cercano, austero y muy sociable, este apasionado del ciclismo siempre es capaz de sacarte una sonrisa con alguna de sus bromas. Junto a Ana Carrasco, él fue una de las personas que más tiempo destinó a la creación de Paturpat, startup de la que a día de hoy es gerente. Y a pesar de que su posición le lleva a aprender y a afrontar nuevos y complicados retos cada día, su fe en el buen hacer de las personas le lleva a mirar al futuro con optimismo.

 

¿Cómo fueron tus inicios en Udapa? ¿Cómo empezaste a trabajar aquí?

Tras finalizar mis estudios de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, empecé a trabajar en Iparlat. Y año y medio después, entré en el centro tecnológico de AZTI para llevar a cabo diferentes desarrollos de productos lácteos. Por aquel entonces, en Udapa surgió la necesidad de contratar a una persona que liderara su departamento de calidad, y tras un proceso de selección me eligieron a mí.

 

¿Cuáles eran tus tareas inicialmente en la empresa? ¿De qué te encargabas?

Los inicios en Udapa fueron duros, porque llegué a la cooperativa para liderar un departamento de reciente creación y había muchos momentos en los que me sentía solo. La relación con clientes y proveedores en materia de calidad de producto era intensa. Las y los agricultores socios no estaban acostumbrados a recibir una valoración cualitativa de sus patatas y a la implicación sobre el precio de compra que esto suponía. Se necesitó tiempo para que entendieran que la calidad que reclamaba Udapa no era un capricho, sino la demanda del mercado. Por otro lado, la exigencia del mercado crecía a mayor velocidad que el ritmo en que evolucionaba la producción, y esto generaba ciertas tensiones que hubo que gestionar. Afortunadamente, con el tiempo nuestros productores y productoras han entendido lo importante que es orientar la producción hacia el mercado y clientes.

Y en paralelo, también me encargué de implantar las normas de calidad que entonces empezaban a demandarse: la ISO 9000, la BRC / IFS para la seguridad alimentaria, la ISO 14000 en gestión medioambiental, el cálculo de la huella de carbono de producción de la patata, etc.

 

¿Y cómo y cuándo surgió la idea de crear Paturpat?

La idea surgió cuando nos dimos cuenta de que, por una parte, el consumo de la patata en fresco estaba descendiendo poco a poco; y por la otra, vimos que la exigencia de comercializar patatas que fueran visualmente atractivas cada vez era mayor, por lo que decidimos que teníamos que hacer algo para darle una salida a ese producto que principalmente por su aspecto físico no podía acabar en los lineales.

En un principio barajamos la opción de elaborar masas panarias o pizzas en base a patata, pero al tiempo nos dimos cuenta de que teníamos que seguir trabajando con un producto no tan disruptivo para nosotros optando por la patata pasterizada lista para comer.

 

¿Cómo fueron los inicios de la cooperativa?
El proyecto de Paturpat comenzó de cero literalmente: con una idea y un concepto a desarrollar. Empezamos Ana Carrasco y yo, no teníamos nada más: ni instalaciones, ni maquinaría, sin clientes ni equipo de personas, ni siquiera teníamos bien definido cómo iba a ser el producto final. Así que para ir dándole forma a todo esto nos tocó viajar mucho para ver qué y cómo lo estaban haciendo en otros países. Aprendimos mucho de esas experiencias y realidades.

 

«Convertirme en gerente de Paturpat supuso un punto de inflexión para mí.»

 

Pasaste de dirigir un departamento de Calidad a gestionar una nueva empresa sin tener experiencia como gerente. ¿Cómo fue el cambio? ¿Te adaptaste pronto a tu nueva responsabilidad?

Evidentemente el cambio de un puesto a otro fue abismal. Convertirme en el director general de Paturpat supuso un punto de inflexión para mí. Aunque ser gerente te aporta una visión más amplia y mucho aprendizaje también tienes que pagar ciertos peajes tanto a nivel profesional, como a nivel personal. Yo me lo planteé como un nuevo reto, como una aventura diaria: en mi caso empecé de cero y el aprendizaje ha sido continuo, muchas veces sobre la marcha de los acontecimientos. Es cierto que me ha servido el bagaje que traía de Udapa, el conocimiento de la materia prima, los procesos con los clientes y el resto de los agentes, pero está claro que hay que ponerle ganas y ser muy abierto de mente, un poquito inconsciente y también atrevido.

 

Actualmente la empresa cuenta con unas 60 personas de 25 nacionalidades diferentes en la plantilla. ¿Cómo influye, o qué aporta eso a la empresa?

La empresa está en un proceso de expansión y tenemos necesidad de contratar personal; y a la vez, hay muchas personas en situación de exclusión social que necesitan y tienen ganas de trabajar. Entonces, ¿por qué no vamos a contratarlas? Tenemos que darles una oportunidad.

Cuando llegan, muchos de ellos y ellas ni siquiera conocen el idioma, y está claro que eso influye a la hora de gestionar su incorporación, facilitarles su capacitación, incluso explicarles sus tareas diarias. Pero, en esos momentos, en vez de pensar en las complicaciones que esa persona nos puede acarrear, aflora el ADN cooperativo que nos caracteriza y nos dejamos guiar por nuestros valores sociales. Así que puede que hagamos una discriminación positiva a la hora de contratarlas, pero una vez que ya están dentro de Paturpat saben que tienen las mismas responsabilidades y derechos que los demás.

 

¿Cuál es la estrategia o proyectos que está abordando o tiene previsto abordar la cooperativa?

En un contexto de crecimiento continuo tenemos que aumentar nuestra capacidad productiva, y para ello debemos adaptar nuestras instalaciones y acometer nuevas inversiones. Y al mismo tiempo, seguimos afrontando los cambios continuos y veloces del mercado, trabajando en la elaboración de nuevas referencias basadas en platos más elaborados que contengan otros ingredientes y aliños.

 

«En el futuro no se podrán hacer las cosas tal y como se hacían hace 30 años.»

 

¿Cuál es el mayor hándicap al que tiene que hacer frente Paturpat?

Los proyectos los hacen las personas. Tenemos un equipo humano muy implicado, su saber hacer y aportación son el eje donde pivota el desarrollo de Paturpat. Por eso la formación y capacitación del personal la consideramos clave. Desafortunadamente, en muchos casos tenemos personas que tienen voluntad pero necesitan mayor formación, por lo cual debemos centrarnos en la capacitación interna de las personas para así fortalecer el equipo.

Además, no podemos olvidar que estamos dentro de un mercado muy cambiante, y esto nos obliga a permanecer alerta para poder anticiparnos a cualquier giro inesperado.

 

Tú eres una de las personas que ha cogido el testigo de Roberto en los temas relacionados con el proyecto del Congo y demás proyectos solidarios. ¿Qué te aporta participar activamente en estos proyectos?

Mi participación directa en los proyectos sociales me ha aportado un punto de vista más amplio y un gran aprendizaje. En los viajes que hemos realizado a la RD Congo, sobre el terreno te haces más consciente de que la realidad es muy diversa. Para mí es como un baño de agua fresca que te pone en tu sitio. Desde nuestra atalaya occidental nos quejamos, no dudo que muchas veces con razón, pero vivimos en un mundo privilegiado comparado con los contextos de extrema dificultad socioeconómica como el que se vive en la RD Congo. Aunque parece que lo que aportamos es un minúsculo grano de arena, para ellos ese ‘granito’ es mucho. Tenemos claro que debemos seguir participando de forma activa y apoyando este proyecto al igual que el resto de índole solidario en los que estamos involucrados.

 

¿Cómo ves el futuro de Paturpat? ¿Y el de Udapa?
Creo que ambas cooperativas tienen un futuro muy prometedor por delante, pero para eso es necesario trabajar en bloque, con un equipo fuerte y sin fisuras, y sobre todo vamos a tener que aprender a adaptarnos a todos esos cambios que están por llegar, teniendo claro que en el futuro no se podrán hacer las cosas tal y como se hacían hace 30 años. Habrá dificultades que solventar, sin duda.

Pienso que el crecimiento tan fuerte que a día de hoy está viviendo Paturpat no va a ser eterno. Algún día nuestra competencia directa se establecerá, la demanda del mercado variará, etc. y tenemos que prepararnos para cuando ese momento llegue. Mientras que para Udapa observo oportunidades y retos para desarrollarse en el campo, especialmente en la producción de patata, incluida la destinada a patata de siembra, donde podemos y debemos ser aún más fuertes, ya que la esencia de Udapa es la patata y su cultivo.  Y todo esto sin olvidarnos de la problemática del relevo generacional, tanto dentro del sector agrario, como en el ámbito interno, porque necesitamos gente implicada y motivada para traccionar ambos proyectos a medio – largo plazo.